Los alumnos del 1° grado de primera escuela secundaria que conocí, se caracterizan por tener una actitud colaboradora y participativa, cuando trabaje con ellos en mi primera práctica los hice parte de mi formación académica, pero erróneamente me funde una idea de que todos los chicos eran tan participativos y colaboradores como alumnos.
Las actitudes por parte de ellos me dieron una gran razón para seguir adelante y saber que aun que esta no es la carrera de mi total satisfacción sabría llevarla a cabo.
Qué gran discrepancia hallé, al trabajar en otra secundaría donde los chicos ahí me hicieron saber que la diversidad siempre se impone y que ningún alumno es igual a otro en ninguna zona, ellos lograron que pusiera en tela de juicio mi practica.
Llegue a cuestionar mi trabajo y la forma de dar la clase, pero al ver que la titular de la materia y el contexto no auxiliaban las clases entendí que no era yo, sino a los chicos a quienes no les interesaba su aprendizaje ni el colaborar y mucho menos participar en mi practica.
Me hubiese encantado trabajar nuevamente con los chicos de la primera secundaria, porque de verdad son chicos que a pesar de sus inquietudes saben respetar y apoyar a una docente en formación.
Es excelente encontrarlos en la calle o por donde vivo y nos emociona el vernos.
Es complejo entender que uno como docente jamás debe de formarse prejuicios ante un grupo de alumnos pues nunca será igual el área de de trabajo y obviamente los alumnos y sus actitudes son diversas. (
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