jueves, 27 de octubre de 2011

Un reto que nunca termina

En lo que transcurre de mi formación docente he obtenido diferentes experiencias, las cuales resultan agradables y sobre todo inolvidables, el interactuar con jóvenes de entre 12 y 15 años es un verdadero reto ya que existe una extensa diversidad cultural entre estos chicos, me he percatado de que en cada contexto las características de la comunidad escolar variaran ya que la misma sociedad con la cual se interactúa permite estos cambios culturales en el ambiente escolar, no dejo de lado las actitudes que presenta el alumnado ya que se encuentran propensos a diversos cambios tanto físicos como intelectuales.

El trabajo frente a un grupo de clases es al parecer muy sencillo, pero cuando te inmiscuyes verdaderamente en tu trabajo y con tus alumnos resulta muy complejo, ya que como docente en formación debes cubrir ciertos campos que repercuten en el trabajo que tu realices durante tus practicas, porque el pararse frente a un grupo no solo implica llevar un conocimiento a tus alumnos, si no que implica el comprometerse con ellos y apoyarlos en cada una de las problemáticas que se les presenten, implica guiarlos, y comprenderlos, porque solo así podrás lograr que estos obtengan un aprendizaje significativo, que probablemente sea de ayuda en su vida cotidiana.

Para poder decir que he cumplido con mi labor frente a un grupo hace falta el interactuar con los alumnos, observar su forma de trabajo e implementar didácticas que sirvan de motivación a los alumnos, con todo esto podemos evaluar el desempeño de los mismos y darnos cuenta si los conocimientos que impartimos fueron adquiridos.

La primer practica que realice fue una experiencia muy motivadora ya que creo haber dejado huella en mis alumnos, me enorgullezco de mi desempeño frente al grupo y no solo por alagarme, si no que el trabajo que realice fue evaluado por mi titular e incluso por diferentes docentes que trabajaron con mi grupo de práctica, ellos manifestaron diversas opiniones y felicitaron mi desempeño, ya que no solo fue el ir y dar una clase, si no que fue el interactuar de forma directa con los alumnos brindándoles apoyo en las diversas problemáticas que se les presentaban en vinculación con otras materias.

A comparación de mi tercer practica puedo decir que encontré mayores retos, ya que el contexto en el cual se ubicaba mi escuela de práctica fue muy diferente, en el encontré como principal problemática las actitudes de mis alumnos, el contexto cambio mucho y fue todo lo contrario a mi primer practica, en esta escuela el ambiente de trabajo fue muy pesado, tuve que cambiar las estrategias de trabajo que ya tenía planeadas.

Los alumnos suelen mostrar ciertas características de pandillerismo, su carácter es muy fuerte y esto no permitió que realizara mis practicas con éxito, el apoyo de la docente frente a grupo fue muy poco y mi carácter se vio afectado por el nerviosismo al no saber cómo tratar a los alumnos ya que en comparación con los alumnos que anteriormente trabaje, estos me fueron muy difíciles de controlar, por tal motivo tuve que observar detenidamente a quienes me podían facilitar el trabajo dentro del grupo apoyándome de ellos y tratando de obtener su confianza por lo que cambie el carácter que mostré al principio de mi practica por uno más estricto, ya que solo así pude trabajar con los alumnos en cuestión.

Durante esta práctica experimente nuevos retos ya que fue algo que no me esperaba, pero con todo esto debo darme cuenta que existe una vasta cantidad de conductas en cuanto a adolescentes se refiere, por los mismo creo que es muy útil recordar durante las prácticas cada una de las estrategias vistas como teoría en el aula de clases.

BRENDA COYOTE ARIZA (Docente en formación- Instituto Jaime Torres Bodet, Especialidad: Español.)

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